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Je ne suis PAS Charlie

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Je ne suis PAS Charlie Empty Je ne suis PAS Charlie

Message  Roseau Ven 9 Jan - 16:10

Contre la bêtise du racisme conscient ou non du "Je suis Charlie", les réactions pleuvent

Ici du Mexique, fort bien senti, contre ce torchon bourgeois et raciste

Parto aclarando antes que nada, que considero una atrocidad el ataque a las oficinas de la revista satírica Charlie Hebdo en París y que no creo que, en ninguna circunstancia, sea justificable convertir a un periodista, por dudosa que sea su calidad profesional, en un objetivo militar.

Lo mismo es válido en Francia, como lo es en Colombia o en Palestina. Tampoco me identifico con ningún fundamentalismo, ni cristiano, ni judío, ni musulmán ni tampoco con el bobo-secularismo afrancesado, que erige a la sagrada “République” en una diosa.

Hago estas aclaraciones necesarias pues, por más que insistan los gurús de la alta política que en Europa vivimos en una “democracia ejemplar” con “grandes libertades”, sabemos que el Gran Hermano nos vigila y que cualquier discurso que se salga del libreto es castigado duramente.

Pero no creo que censurar el ataque en contra de Charlie Hebdo sea sinónimo de celebrar una revista que es, fundamentalmente, un monumento a la intolerancia, al racismo y a la arrogancia colonial.

Miles de personas, comprensiblemente afectadas por este atentado, han circulado mensajes en francés diciendo “Je suis Charlie” (Yo soy Charlie), como si este mensaje fuera el último grito en la defensa de la libertad.

Pues bien, yo no soy Charlie. No me identifico con la representación degradante y “caricaturesca” que hace del mundo islámico, en plena época de la llamada “Guerra contra el Terrorismo”, con toda la carga racista y colonialista que esto conlleva. No puedo ver con buena cara esa constante agresión simbólica que tiene como contrapartida una agresión física y real, mediante los bombardeos y ocupaciones militares a países pertenecientes a este horizonte cultural.

Tampoco puedo ver con buenos ojos estas caricaturas y sus textos ofensivos, cuando los árabes son uno de los sectores más marginados, empobrecidos y explotados de la sociedad francesa, que han recibido históricamente un trato brutal: no se me olvida que en el metro de París, a comienzos de los ‘60, la policía masacró a palos a 200 argelinos por demandar el fin de la ocupación francesa de su país, que ya había dejado un saldo estimado de un millón de “incivilizados” árabes muertos.

No se trata de inocentes caricaturas hechas por libre pensadores, sino que se trata de mensajes, producidos desde los medios de comunicación de masas (si, aunque pose de alternativo Charlie Hebdo pertenece a los medios de masas), cargados de estereotipos y odios, que refuerzan un discurso que entiende a los árabes como bárbaros a los cuales hay que contener, desarraigar, controlar, reprimir, oprimir y exterminar. Mensajes cuyo propósito implícito es justificar las invasiones a países del Oriente Medio así como las múltiples intervenciones y bombardeos que desde Occidente se orquestan en la defensa del nuevo reparto imperial.

El actor español Willy Toledo decía, en una declaración polémica -por apenas evidenciar lo obvio-, que “Occidente mata todos los días. Sin ruido”. Y eso es lo que Charlie y su humor negro ocultan bajo la forma de la sátira.

Je ne suis PAS Charlie Portada_charlie_hebdo

No me olvido de la carátula del N°1099 de Charlie Hebdo, en la cual se trivializaba la masacre de más de mil egipcios por una brutal dictadura militar, que tiene el beneplácito de Francia y de EEUU, mediante una portada que dice algo así como “Matanza en Egipto. El Corán es una mierda: no detiene las balas”. La caricatura era la de un hombre musulmán acribillado, mientras trataba de protegerse con el Corán. Habrá a quien le parezca esto gracioso.

También, en su época, colonos ingleses en Tierra del Fuego creían que era gracioso posar en fotografías junto a los indígenas que habian “cazado”, con amplias sonrisas, carabina en mano, y con el pie encima del cadáver sanguinolento aún caliente. En vez de graciosa, esa caricatura me parece violenta y colonial, un abuso de la tan ficticia como manoseada libertad de prensa occidental.

¿Qué ocurriría si yo hiciera ahora una revista cuya portada tuviera el siguiente lema: “Matanza en París. Charlie Hebdo es una mierda: no detiene las balas” e hiciera una caricatura del fallecido Jean Cabut acribillado con una copia de la revista en sus manos? Claro que sería un escándalo: la vida de un francés es sagrada. La de un egipcio (o la de un palestino, iraquí, sirio, etc.) es material “humorístico”. Por eso no soy Charlie, pues para mí la vida de cada uno de esos egipcios acribillados es tan sagrada como la de cualquiera de esos caricaturistas hoy asesinados.

Ya sabemos que viene de aquí para allá: habrá discursos de defender la libertad de prensa por parte de los mismos países que en 1999 dieron la bendición al bombardeo de la OTAN, en Belgrado, de la estación de TV pública serbia por llamarla “el ministerio de mentiras”; que callaron cuando Israel bombardeó en Beirut la estación de TV Al-Manar en el 2006; que callan los asesinatos de periodistas críticos colombianos y palestinos.

Luego de la hermosa retórica pro-libertad, vendrá la acción liberticida: más macartismo dizque “anti-terrorismo”, más intervenciones coloniales, más restricciones a esas “garantías democráticas” en vías de extinción, y por supuesto, más racismo.

Europa se consume en una espiral de odio xenófobo, de islamofobia, de anti-semitismo (los palestinos son semitas, de hecho) y este ambiente se hace cada vez más irrespirable.

Los musulmanes ya son los judíos en la Europa del siglo XXI, y los partidos neo-nazis se están haciendo nuevamente respetables 80 años después gracias a este repugnante sentimiento. Por todo esto, pese a la repulsión que me causan los ataques de París, Je ne suis pas Charlie.


José Antonio Gutiérrez Danton
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Message  verié2 Ven 9 Jan - 16:37

Lur sur Arrêt sur image
dans les forums du 08/01/2015 par la rédaction
"JE NE SUIS PAS CHARLIE. ET CROYEZ-MOI, JE SUIS AUSSI TRISTE QUE VOUS."
Par BC, @sinaute
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Mots-clés : Charlie Hebdo, manifestations, union nationale
"Je ne suis pas descendu parmi la foule." Un @sinaute exprime, dans le forum de discussion de la dernière chronique de Daniel Schneidermann, son malaise vis-à-vis de "l'union nationale" suite aux attaques meurtrières qui ont visé Charlie Hebdo. En cause, la "dérive islamophobe" du journal et de cette gauche "Onfray/Charlie/Fourest laïcarde".
Gros malaise. Je ne suis pas descendu parmi la foule. Je ne suis pas Charlie. Et croyez-moi, je suis aussi triste que vous.
Mais cet unanimisme émotionnel, quasiment institutionnel pour ceux qui écoutent les radio de service public et lisent les grands media, j'ai l'impression qu'on a déjà essayé de me foutre dedans à deux reprises. La société française est complètement anomique, mais on continue à se raconter des histoires.

Première histoire: victoire des Bleus en 1998. Unanimisme: Thuram Président, Black Blanc Beur etc. J'étais alors dans la foule. Quelques années plus tard: Knysna, Finkelkraut et son Black Black Black, déferlement de haine contre ces racailles millionnaires, mépris de classe systématique envers des sportifs analphabètes tout droit issus du sous-prolétariat post-colonial. Super l'"unité nationale".
FHaine
Deuxième histoire: entre deux-tour en 2002. Unanimisme: le FHaine ne passera pas, "pinces à linges", "sursaut républicain", foule "bigarrée" et drapeaux marocains le soir du second tour devant Chirac "supermenteur", "sauveur" inopiné de la République, et Bernadette qui tire la tronche, grand soulagement national. J'étais dans la foule des manifs d'entre deux tours.
Quelques années plus trard: le FN en pleine forme, invention du "racisme anti-blanc", création d'une coalition Gauche/Onfray/Charlie/Fourest laïcarde et une Droite forte/UMP/Cassoulet en pleine crise d'"identité nationale" contre l'Islam radical en France, "racaille" et "Kärcher", syndrome du foulard, des prières de rue, des mosquées, émeutes dans les banlieues, tirs sur les policiers, couvre-feu, récupération de la laïcité par l'extrême droite, Zemmour, Dieudo, Soral... Super l'"unité nationale".

Troisième histoire: sursaut national après le massacre inqualifiable à Charlie en janvier 2015. Unanimisme: deuil national, "nous sommes tous Charlie", mobilisations massives pour la défense de la liberté d'expression dans tout le pays. Charlie ? Plus personne ne le lisait. Pour les gens de gauche qui réfléchissent un peu, la dérive islamophobe sous couvert de laïcité et de "droit de rire de tout" était trop évidente. Pour les gens de droite: on déteste cette culture post-68, mais c'est toujours sympa de se foutre de la gueule des moyen-âgeux du Levant. Pour l'extrême droite: pas lu, auteurs et dessinateurs détestés culturellement et politiquement, mais très utile, les dessins sont repris dans "Riposte laïque" [site islamophobe d'extrême droite]. Pour beaucoup de musulmans: un affront hebdomadaire, mais on ferme sa gueule, c'est la "culture française".
Riposte
"DIEUDO/SORAL ET LES COMPLOTISTES SONT PASSÉS PAR LÀ"

Résultat: des centaines de milliers de musulmans sommés de montrer patte blanche, quelques années à peine après la purge officielle sur l'identité nationale. Des années durant avec toujours le même message insistant: mais putain, quand est-ce que vous allez vous intégrer? Et vous, les musulmans "modérés", pourquoi on vous entend pas plus? A partir d'aujourd'hui, "vous êtes pour nous ou contre nous". Cabu ne disait pas autre chose: "la caricature, ils doivent bien l'accepter, c'est la culture Française". Super l'"unité nationale".
Réactions à chaud de jeunes de quartiers entendues dans le micro: "c'est pas possible, c'est trop gros, c'est un coup monté". Dieudo/Soral et les complotistes sont passés par là: manifestement certains ne croient pas plus au 07/01/15 qu'au 11/09/01. La réalité est qu'on les a déjà perdus depuis longtemps, et c'est pas avec des veillées publiques à la bougie qu'on va les récupérer ni avec des incantations à la "résistance" - mais à quoi vous "résistez" au fond ? Vous allez vous abonner à Charlie? Et ça va changer quoi?
"LA MAJORITÉ VA SE SENTIR MIEUX, ET C'EST PRÉCIEUX. MAIS LA FRACTURE EST TOTALE."

La réassurance collective est un mouvement sain et compréhensible face à un massacre aussi traumatisant, mais elle a pour versant complémentaire le déni collectif, et pour résultat l'oubli des causes réelles et profondes de l'anomie. La majorité va se sentir mieux, se faire du bien, comme elle s'était fait du bien en 1998 et 2002, et c'est précieux. Mais la fracture est totale. Et la confusion idéologique à son comble.

Personne ne se demande comment on en est arrivé là, comment des jeunes parigots en sont venus à massacrer des journalistes et des artistes à la Kalash après un séjour en Syrie, sans avoir aucune idée de la vie et des idées des gens qu'ils ont tué: ils étaient juste sur la liste des cibles d'AlQaeda dans la Péninsule Arabique. Personne ne veut voir que cette société française, derrière l'unanimisme de façade devant l'horreur, est en réalité plus que jamais complètement anomique, qu'elle jette désespérément les plus démunis les uns contre les autres, et qu'elle a généré en un peu plus d'une décennie ses propres ennemis intérieurs.
"LA PLUS GROSSE FABRIQUE À SOLDATS D'AL QAEDA SUR NOTRE TERRITOIRE, C'EST LA PRISON"
Personne ne veut voir que la plus grosse fabrique à soldats d'Al Qaeda sur notre territoire, c'est la PRISON. Personne n'a compris que la France n'a pas basculé en 2015, mais il y a dix ans déjà, lors des émeutes. Personne ne veut voir que nous vivons encore les conséquences lointaines de l'immense humiliation coloniale et post-coloniale, et que vos leçons de "civilisation" et de "liberté d'expression" sont de ce fait inaudibles pour certains de ceux qui l'ont subie et la subissent ENCORE.
Prison
Et on continue à se raconter des histoires, après la fiction des Bleus de 1998, après le mythe du "Front républicain" de 2002, en agitant cette fois-ci comme un hochet la liberté d'expression, dernier rempart d'une collectivité qui n'est plus capable de se donner comme raison d'être que le droit fondamental de se foutre de la gueule des "autres", comme un deus ex machina qui allait miraculeusement réifier cette "unité nationale" réduite en lambeaux.
Vous n'arriverez pas à reconstruire la "communauté nationale" sur ce seul principe, fût-il essentiel. Je vous le dis, vous n'y arriverez pas. Car ce n'est pas CA notre problème. Notre problème, c'est de faire en sorte qu'il n'y ait plus personne en France qui n'ait tellement plus rien à espérer et à attendre de son propre pays natal au point d'en être réduit à n'avoir pour seule raison de vivre que de tuer des gens en masse, chez nous ou ailleurs.

Car on ne peut rien contre ceux qui leur fournissent la liste des cibles une fois qu'ils sont conditionnés. Il faut donc TOUT mettre en oeuvre pour agir avant qu'ils en soient là: ce n'est pas facile mais c'est la seule chose qui compte si on ne veut pas progressivement tomber dans le gouffre de la guerre civile, qui est la conséquence ultime de l'anomie.

Après, c'est trop tard. Et c'est déjà trop tard....

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Message  Eugene Duhring Ven 9 Jan - 19:29

Au moins Vérié, Roseau et consorts partagent ce même constat : http://www.hommenouveau.fr/1153/humeur/je-ne-suis-pas-charlie--.htm !

Eugene Duhring

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Message  verié2 Ven 9 Jan - 19:36

Eugene Duhring a écrit:Au moins Vérié, Roseau et consorts partagent ce même constat : http://www.hommenouveau.fr/1153/humeur/je-ne-suis-pas-charlie--.htm !
Argument de très, très mauvaise foi. Il y a des gens qui n'aimaient pas Charlie pour des raisons diamétralement opposés. Tout comme il y a des gens qui n'aiment pas Hollande... ou qui ont voté Non au référendum européen, à l'extrême droite comme à l'extrême gauche. Duhring, tu devrais avoir honte ! What a Face

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Message  Byrrh Ven 9 Jan - 19:46

Le sort atroce de douze personnes qui ne méritaient évidemment pas de mourir, ne doit pas justifier qu'on s'illusionne sur ce qu'était cet hebdomadaire, sur sa nature politique et sociale, sur les idées très contestables qu'il a pu diffuser par le texte et l'image, pas seulement d'ailleurs pendant la période Philippe Val.

Je conçois que ce ne soit pas précisément le moment pour dire à quel point Charlie Hebdo était un tissu d'inepties dont certaines n'auraient pas dépareillé dans un canard d'extrême droite (en plus des dessins et articles islamophobes qui sont évoqués, je me souviens de nombreux autres trucs infects relevant cette fois-ci du registre du sexisme et de l'homophobie : http://social-justice-fire-mage.tumblr.com/post/107444852419/pm-hello-i-agree-that-no-journalist-artist).

Mais au-delà de ça, il semblerait que face à ces morts violentes, chanter les louanges de ce titre de presse soit une obligation. Non, désolé. Le fait que ces dessinateurs et journalistes aient été abattus par deux crapules réactionnaires ne change pas la nature de leur hebdomadaire, qui était à sa façon un propagateur de bien des idées dominantes.


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Message  Roseau Ven 9 Jan - 23:35

Ici une traduction du texte mis en ligne plus haut (mis en gras par moi)

Avant tout je tiens à souligner que je considère l’attaque des bureaux de la revue satirique Charlie Hebdo, à Paris, comme une atrocité. Je ne crois pas qu’aucune circonstance justifie qu’une revue devienne un objectif militaire, même si on peut douter de sa qualité professionnelle.
C’est vrai en France, comme en Colombie ou en Palestine. Je ne m’identifie pas non plus à aucun fondamentalisme, ni chrétien, ni juif, ni musulman, pas plus qu’à la laïcité bobo à la française qui hisse la ’’République’’ au statut de déesse.
Je déclare ceci car nous savons – n’en déplaise aux gourous des hautes sphères de la politique qui rabâchent que nous vivons en Europe une démocratie exemplaire avec des grandes libertés – que le Grand Frère nous surveille et que tout discours qui dévie de cette ritournelle est durement châtié.

Mais je ne pense pas que dénoncer l’attaque de Charlie Hebdo signifie encenser une revue qui, fondamentalement, reste un monument d’intolérance, de racisme et d’arrogance coloniale. Il est compréhensible que des milliers de gens, touchés par cet attentat, fassent circuler des messages qui disent « Je suis Charlie » (en français), comme si un tel message était l’ultime cri pour défendre la liberté.

Mais moi, je ne suis pas Charlie. Je ne me reconnais pas dans la représentation dégradante que [cette revue] fait du monde islamique, juste au moment de ce qui s’appelle ’’guerre contre le terrorisme’’, avec toute la charge raciste et colonialiste inhérente à cela. Je ne peux pas faire bonne figure à cette agression symbolique constante, qui a son corollaire d’agression physique, réelle, au travers de bombardements et d’occupations armées dans les pays qui relèvent de cet horizon culturel.

Je ne peux pas non plus voir d’un bon œil ces caricatures, ces textes agressifs, tandis que les arabes sont une des composantes les plus marginalisées, appauvries et exploitées de la société française. Ils ont subi un traitement historique brutal : on ne me fera pas oublier que dans le métro de Paris, au début des années 60, la police a massacré à coups de bâtons quelque 200 algériens qui demandaient que la France cesse d’occuper leur pays, et [que s’ajoutait à cela] un solde estimé à un million d’arabes morts [considérés comme] ’’non civilisés’’.

Il ne s’agit pas d’innocentes caricatures réalisées par des libre-penseurs, mais bien plutôt de messages fournis par les moyens de communication de masse (si toutefois on peut dire que Charlie Hebdo appartienne aux media de masse), lourds de stéréotypes, de haines, qui renforcent l’idée répandue que les arabes sont des barbares qu’il faut contenir, extirper, contrôler, réprimer, opprimer, exterminer. [Ce sont] des messages qui justifient implicitement l’invasion des pays du Moyen Orient, tout comme les multiples interventions et bombardements orchestrés par et depuis l’Occident, en vue de défendre un nouvel ordre mondial impérialiste.

L’acteur espagnol Willy Toledo déclarait dans une polémique – c’est quasiment enfoncer une porte ouverte – que « l’Occident tue tous les jours, sans bruit ». Et c’est ce que dissimulent Charlie et son humour noir sous la satire.

Je n’oublie pas la caricature en couverture du numéro 1099 de Charlie Hebdo, qui banalisait le massacre de plus de mille égyptiens par une dictature militaire brutale, avec le soutien de la France et de l’Union européenne, sous la formulation « Tuerie en Egypte. Le Coran c’est de la merde, ça n’arrête pas les balles ». Un musulman y était caricaturé, criblé de balles alors qu’il essayait de se protéger avec le Coran. Il y a en
a pour qui c’est amusant.

Aussi amusant que poser sur des photos avec les indigènes qu’ils avaient ’’chassés’’, comme le pensaient les colons anglais en Terre de Feu, tout sourire, fusil à la main, le pied sur le cadavre sanguinolent encore chaud. En fait d’amusement, j’estime que cette caricature est une violence colonialiste. Voilà où mène la prétendue liberté de la presse occidentale dont on nous rebat les oreilles.
Que se passerait-il si je faisais une revue dont la couverture porterait la manchette « Tuerie à Paris. Charlie Hebdo c’est de la merde, ça n’arrête pas les balles », si je faisais une caricature du défunt Cabu criblé de balles avec un exemplaire de [sa] revue en main ? C’est évident que cela ferait scandale. La vie d’un français est sacrée. Celle d’un égyptien (d’un palestinien, d’un irakien, d’un syrien, etc) est un objet d’humour. Voilà pourquoi je ne suis pas Charlie. Parce qu’à mes yeux la vie de l’un de ces égyptiens criblés de balles est aussi sacrée que celle de n’importe lequel des caricaturistes assassinés aujourd’hui.

En fait on sait bien que tout ceci est relatif. Les mêmes pays défendront la liberté de la presse qui, en 1999, ont donné leur bénédiction au bombardement par l’OTAN de la télévision publique serbe, accusée de « ministère des mensonges », ou qui, en 2006, se sont tus quand Israël a bombardé la télévision Al-Manar, ou encore qui passent sous silence les assassinats de journalistes critiques colombiens ou palestiniens.
Après la rhétorique pro-liberté vont venir les actions liberticides : davantage de maccarthysme soit-disant anti-terroriste, davantage d’interventions de type colonial, davantage de restrictions des libertés démocratiques fondamentales, en voie d’extinction, et bien sûr davantage de racisme.

L’Europe se détruit dans une spirale de haine xénophobe, d’islamophobie, d’antisémitisme (les palestiniens sont de fait des sémites), et ce climat est de plus en plus irrespirable.

Les musulmans sont d’ores et déjà les juifs de l’Europe du XXIème siècle, et les partis nazis se montrent depuis peu respectables, 80 ans après leur répugnante émergence. Pour tout cela, et malgré le dégoût que l’inspirent les attaques à Paris, Je ne suis pas Charlie.

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Message  verié2 Sam 10 Jan - 10:22

A lire aussi sur le rôle de Charlie Hebdo :
https://anticons.wordpress.com/2013/12/01/de-bhl-a-charlie-hebdo-la-propagande-neoconservatrice-deguisee-en-gauche-progressiste/

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Message  nestor Sam 10 Jan - 12:58

Byrrh a écrit:Le sort atroce de douze personnes qui ne méritaient évidemment pas de mourir, ne doit pas justifier qu'on s'illusionne sur ce qu'était cet hebdomadaire, sur sa nature politique et sociale, sur les idées très contestables qu'il a pu diffuser par le texte et l'image, pas seulement d'ailleurs pendant la période Philippe Val.

Je conçois que ce ne soit pas précisément le moment pour dire à quel point Charlie Hebdo était un tissu d'inepties dont certaines n'auraient pas dépareillé dans un canard d'extrême droite (en plus des dessins et articles islamophobes qui sont évoqués, je me souviens de nombreux autres trucs infects relevant cette fois-ci du registre du sexisme et de l'homophobie :  http://social-justice-fire-mage.tumblr.com/post/107444852419/pm-hello-i-agree-that-no-journalist-artist).

Mais au-delà de ça, il semblerait que face à ces morts violentes, chanter les louanges de ce titre de presse soit une obligation. Non, désolé. Le fait que ces dessinateurs et journalistes aient été abattus par deux crapules réactionnaires ne change pas la nature de leur hebdomadaire, qui était à sa façon un propagateur de bien des idées dominantes.


Ou comment regarder le doigt . ....

Moi non plus je ne suis pas Charlie i , mais je sais qui sont les ennemis des prolétaires

nestor

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Message  Babel Sam 10 Jan - 13:41

Je suis dessinateur de presse, arabe..., par Halim Mahmoudi, auteur du roman graphique, Un Monde Libre.

Lire ici un extrait de l’entretien accompagnant la présentation de son ouvrage : https://forummarxiste.forum-actif.net/t3705-un-monde-libre#99047

Babel

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Message  nestor Sam 10 Jan - 13:50

Jean-Marie Le Pen : "Je suis désolée, je ne suis pas Charlie"

Si le président d'honneur du FN déplore la mort de "douze compatriotes", il dénonce en revanche le rassemblement de dimanche.

............

Aujourd'hui, c'est : 'nous sommes tous Charlie, je suis Charlie'. Et bien moi, je suis désolé, je ne suis pas Charlie. "Je me sens touché par la mort de douze compatriotes français (...) mais "je ne vais pas, moi, me battre pour défendre l'esprit de Charlie qui est un esprit anarcho-trotskyste parfaitement dissolvant de la moralité politique", a déclaré le tribun d'extrême droite dans une vidéo publiée sur son site internet, rappelant que l'hebdomadaire avait réclamé la dissolution du FN.

ça devient de plus en plus confus ce genre de débat..

http://www.rtl.fr/actu/politique/jean-marie-le-pen-je-suis-desolee-je-ne-suis-pas-charlie-7776164521

nestor

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Message  Roseau Sam 10 Jan - 14:32

Encore une fois, l'islamophie n'a pour s'attaquer aux positions antiracistes
et d'indépendance de classe des MR
que des amalgames inouis,
allant chercher encore plus islamophobes, les fascistes.
Ces pratiques honteuses n'ont pas leur place ici.

Revenons donc au sujet.

Pour les anglophones, en attendant qu'un camarade traduise
(Suis trop occupé ce jour...)
car c'est excellent, en deux parties,
avec Gilbert Achcar dans les 2 (à partir de la moitié de la première vidéo)
et Muhammad El Khouma dans la seconde / avec Achcar:

- dénonciation des deux poids deux mesures sur la dénonciation du terrorisme "musulman"
- alors qu'à Oslo Breivik (qui a fait plus de morts encore) n'était caractérisé ni comme chrétien, ni même comme terroriste
- idem pour attentats terroristes commis par des juifs en Israel,e etc.
+ dénonciation du climat islamophobe et post-colonial spécifique

Outre écouter la vidéo, on peut lire directement la transcription des interviews en dessous.





Transcription de la seconde émission

AMY GOODMAN: This is Democracy Now!, democracynow.org, The War and Peace Report. I’m Amy Goodman, with Juan González.

JUAN GONZÁLEZ: Well, we continue to look at the breaking news from France. Agence France-Presse is reporting two people died after a gunman took five people hostage at a kosher grocery store. The gunman is reportedly the same man who shot a Paris policewoman dead on Thursday. Meanwhile, French police have surrounded a building in a northern town near Charles de Gaulle Airport as part of a massive manhunt for the two men accused of carrying out the massacre at the Charlie Hebdo magazine. Police say the suspects, Said and Chérif Kouachi, are holed up in a small printing business, where they have taken a hostage. Still with us in London is Gilbert Achcar.

AMY GOODMAN: Also with us here in New York is Muhammad El Khaoua. He is a graduate student in international relations at the Paris Institute for Political Science. He grew up in the outskirts of Paris, where he was involved with different grassroots associations, including Salaam, a student association dedicated to promoting interfaith dialogue and a better understanding of Islam.

Before we go back to Gilbert Achcar, Muhammad, talk about the climate in Paris. And you hear the horror right now. You’ve got the two brothers. They’re holed up near the airport. They’ve got a hostage. Another man, not clear what their connection is, if there’s a direct connection, though they may have been years ago together, is—has killed two hostages, or two hostages have been killed in a Jewish supermarket in Paris.

MUHAMMAD EL KHAOUA: Yeah, I mean, this is a political nightmare for the entire French society, but particularly for the French Muslims, because those who killed those individuals really create a space, create a great opportunity for the most destructive Islamophobic, racist forces in France, which are already using this tragedy, this catastrophe, to justify more repression against the Muslims. So it’s a political suicide that they basically did in the name of Islam. And again, the condemnation has been really clear: This goes against the, really, foundation of Islam.

But I think we have also to be clear on this: We should not always expect Muslims to condemn as Muslims. I think they should condemn as French citizens, or as human beings. When, as Gilbert Achcar mentioned, this Norwegian individual, Breivik, killed those 77 individuals in Norway, he was not portrayed as a Christian, white Christian individual. He was not even portrayed as a terrorist. So it seems like when a Muslim commits a terrorist act, he is referred as a terrorist, but when a non-Muslim does the same, there is a double standard.

And it reminds me that I was watching NBC, and there was a former CIA official who was on the show, and he said that this terrorist attack was the most serious one in France since the—in Europe since the killing of this Norwegian individual by Breivik. But he forget that actually it’s not the case, because he didn’t include the killing of these Norwegian people, as if this individual is not a terrorist. So, there is a kind of identity politics here which is a bit disturbing for me.

JUAN GONZÁLEZ: And this whole issue of the, for now, for 30, 40 years, the uneasy situation of the Muslim—the growing Muslim population within France vis-à-vis the old established French white citizenry, what do you see—I mean, clearly this is a setback for those relations, but what has been the relationship now over the last several decades?

MUHAMMAD EL KHAOUA: Well, as you may know, France has a largest Muslim population in western Europe, and the history of the Muslim presence in France is deeply connected with the history of French colonialism. Most of the Muslims come from the countries which have been colonized by France, namely North African and West African countries.

AMY GOODMAN: Where is your family originally from?

MUHAMMAD EL KHAOUA: From Morocco and Nigeria. So, to understand the treatment of the French Muslims in today’s French society, we need to look at the colonial legacy, which I believe continues to shape, influence the way France deals with Islam and Muslims.

AMY GOODMAN: Gilbert Achcar, can you comment on what Muhammad is saying?

GILBERT ACHCAR: Yes. I mean, I think—well, I agree with what he is saying. Until now, I can’t see any disagreement. I mean, he is exactly pointing to this problem of the double standard in reacting to such events when they come from Muslims nowadays compared to any other religion, because, after all, this wave of extremism and fundamentalism is affecting everywhere, you know. I mean, we mentioned this Norwegian crazy guy, and you have these appalling demonstrations of the far right in Germany, of all places, that’s really frightening. You had—you have Jewish fundamentalist extremists in Israel killing regularly, actually, and no one is saying Judaism is the source of all these killings. You have Hindu fundamentalists doing all sorts of appalling things, and again, no one is saying this is the problem of Hinduism. But when it comes to Islam, Islam is finger-pointed immediately. And that’s really here an issue of double standard in dealing with that.

And again, I mean, the freedom of speech is something, and I’m fully for the real freedom of speech, actually, which France is not a real country of freedom of speech, where you have a lot of laws hindering the real freedom of speech in France. It’s nothing like the First Amendment in the United States. But even in these limitations to the freedom of speech, you find double standards also.

And as I said, I mean, for instance, France, of course, the sense of guilt—for very good reason, which is actually an awful historical reason—about the Jewish genocide is not equalled by any sense of guilt with regard to the colonial past of France. And Algeria, for instance, is one of the most appalling episodes in the history of colonialism. You know, I mean, there are few worse cases, like the Congo, with the Belgians in the Congo, and such, but the history of French presence in Algeria, which lasted until 1962—that’s not that long ago, you know—is just appalling. And there is no—no real—I mean, at the level of the whole French society and the French media, this is not really integrated. And you have this kind of secularist arrogance towards Islam, which is a continuation of the kind of arrogance and colonial spirit that existed at the time of direct colonialism.

AMY GOODMAN: I’m going to just interrupt to say breaking news: The police have named two suspects wanted in connection with the second siege at the kosher supermarket in Paris: Amédy Coulibaly and Hayat Boumeddiene. Hayat is a woman. I want to turn to an imam of a mosque located in a Paris suburb, Drancy mosque. Imam Hassen Chalghoumi said France’s Muslim community fears a backlash in the wake of the Charlie Hebdo attack.


IMAM HASSEN CHALGHOUMI: [translated] We are also afraid of this twisting. That’s not to say we do not do our duty in renouncing this barbarism. No, we renounce it. We are one of the first victims. I am living 24 hours a day under police protection, faced with a minority. Unfortunately, all of the Muslim world are victims of 95 percent of terrorism. Currently, the acts of yesterday, there is also a wave of racism and insults that follow on the networks and on the Internet. We can understand the anger, but we cannot accept the hatred.

AMY GOODMAN: That’s Imam Hassen Chalghoumi of the Drancy mosque in Paris, the French Muslim community fearing a major backlash in the wake of the Charlie Hebdo attack. In fact, the policeman that has become famous now, who was laying on the ground outside the offices of Charlie Hebdo, named Ahmed Merabet, was Muslim himself, when one of the two assassins came and shot him directly and killed him. And people are not only saying, "Je Suis Charlie," now, but they are saying, "Je Suis Ahmed." On Sunday, there will be a mass protest in France, a rally in Paris. But they will not have the National Party, which is Marine Le Pen’s party. If you could comment on this, Muhammad, and the organizing among the youth, people like you, groups like Indigène?

MUHAMMAD EL KHAOUA: Yeah, I would like to say a word about this hashtag, "Je Suis Charlie." I really understand the compassion, the natural compassion and respect and sentiment which the slogan represent, but I think Charlie—we need also to mention that Charlie Hebdo’s role in fostering this Islamophobic context has been very, very controversial, and especially since the early 2000s. They somehow recuperate—they use some of this rhetoric of the clash of civilization, and they apply it to the Muslims, who were always portrayed in the most degrading ways. So, we are very clear on the condemnation of these attacks, which are not—which cannot be justified in any way, shape or forms. But we also, as citizens, should be entitled to criticize the content of the newspaper and the shift in its editorial line since the early 2000s.

JUAN GONZÁLEZ: I’d like to ask you about that, because the way it’s been portrayed here, at least in the United States, is that the magazine was an equal opportunity satirist, attacking Christian—the Christian religion, Judaism, as well as Islam. But you think that that’s not quite so.

MUHAMMAD EL KHAOUA: No, I think when you target, you know, the weakest of the weak, when you target a population, a segment of the French population, which is already the target of institutionalized racism, this is not brave. I don’t think it’s courageous. Again, they have the right to do it, and it’s the law, so nobody puts into question the right to do so, but we should be also—without being, you know, afraid of being linked to this attack, question the responsibility of the newspaper and question their ethics in that matter.

AMY GOODMAN: The organizing of young people, like the groups Indigène, Indigenous, how people have been organizing in the past?

MUHAMMAD EL KHAOUA: You know, the Indigenous party, the Party of the Indigenous People of the Republic, as it is called, Parti des Indigènes de la République, has emerged in a very specific context, that which Gilbert Achcar mentioned, the 2005 propositions of law which would make obligatory for the French educational system to emphasize on the positive role of colonization—this law has now been passed—and also the 2005 riots, which have been—which are a very interesting case to understand the way Islam is dealt and perceived in France in the post-9/11 context. So, this is the context under which this movement, which is now a political party, has emerged. Basically, the idea of this movement is to say that, well, France has denied its colonial past, it refused to deal with it, it refused to recognize how this colonial legacy continues to shape its relation with Muslim and Islam. And I believe they make a point in this understanding, in this analysis of French society, which is a very racialized society, which pretends to be colorblind, which is really haunted by its colonial past.

AMY GOODMAN: We’re going to have to leave it there, but of course we’ll continue to follow this issue. Muhammad El Khaoua is a graduate student in international relations at the Paris Institute for Political Science, grew up in the outskirts of Paris, where he’s been involved with different grassroots associations, including Salaam, a student association dedicated to promoting interfaith dialogue and a better understanding of Islam. He heads back to Paris soon. And Gilbert Achcar, thanks so much for being with us, professor at the School of Oriental and African Studies, or SOAS, at the University of London. His most recent books are Marxism, Orientalism, Cosmopolitanism as well as The People Want: A Radical Exploration of the Arab Uprising.
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Message  Rougevert Sam 10 Jan - 15:07

Bonjour à tou(te)s

Non, je ne suis pas Charlie.
Je suis avec Charlie, mais moi, je suis vivant. Je ne l’oublie pas.
J’ai de la peine et de la colère. J’avais besoin de Charlie Hebdo et je l’ai lu pendant quelques années avec bonheur, jusqu’à l’arrivée de Philippe Val. Je continue de le lire de temps en temps. C’est surtout aux survivants, à leurs amis, leurs proches, leurs compagnes, leurs enfants, leurs parents que je pense.
J’aimais Cabu, Wolinski, Reiser (déjà décédé). Je connaissais moins les nouveaux.

Mais non, je n’irai pas manifester avec les cons, ceux qui se réveillent quand il est trop tard, ceux qui veulent se montrer, faire le beau et le bon, se refaire une cerise de défenseur de la liberté, « s’indigner » pour retourner très vite ensuite au vécu quotidien de l’injustice pour les autres et du malheur « supportables ».
Parmi ceux qui vont manifester, il y a certes des gens que j’aime et que j’admire, mais j’ai déjà manifesté (et nous n’étions pas nombreux, une poignée, regardés par les badauds comme une curiosité) tant de fois contre l’oppression, le malheur, contre le massacre des peuples (avec du matériel made in « democracy »), les enfants tués par des snipers, les obus, les gaz ou les bombes, que cette fois-ci, je ne me joindrai pas à cette unanimité suspecte et ne céderai pas au matraquage médiatique qui nous « entraîne » à ne pas penser par nous-mêmes.
« Je suis Charlie » : ralliez-vous.

Qu’on me le pardonne.
Qu’on me comprenne à défaut de m’approuver.

« Je suis Charlie » ?
Et les policiers ? les clients juifs du magasin casher ?
Y-a-t-il eu la même chose pour Ilan Halimi ?
Défense de la liberté d’expression ?
La défendre ici, oui, mais en l’écrasant chez les autres ?
Elle ne s’use que si l’on ne s’en sert pas.
La démocratie n’existe pas sans la politique (définie par le débat et l’expression des divergences)
Je vois bien comme les gens refusent méprisent ou se détournent de  l’expression des divergences, préférant lire ou entendre ce qui ne les dérange pas, jusqu’à l’indigestion
Et rester bien au chaud.
J’ai de la mémoire.
La mémoire est un devoir.
On ne célèbre pas l’anniversaire de la manifestation du 17  octobre 1961 à Paris, qui fut un crime d’Etat contre la liberté d’expression et dont les responsables et les coupables ne furent jamais inquiétés, dans l’indifférence générale.
Je ne manifesterai pas non plus avec les amis de la Françafrique ou de Michèle Alliot-Marie, qui il y a moins de quatre ans proposait d’envoyer à Tunis des policiers français  pour empêcher le renversement de Ben Ali, grand défenseur de la liberté d’expression et des journalistes.
Ou encore aux côtés de ceux pour qui ce crime va donner (et ils n’attendaient que ça !) l’alibi pour faire le dernier pas et associer au terrorisme tout ce qui rappellera l’Arabe.
L’unité nationale n’existe pas.
Qu’on se rappelle les dessins de Charlie sur les charters, le racisme républicain, les sans papiers, la destruction des camps de Roms, leur expulsion et j’en passe.
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Message  Roseau Sam 10 Jan - 19:34

Valls et Hollande rèvent d'un "30 mai 1968" sur le dos de Charlie Hebdo, pour sauver leur navire en déroute.

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Message  Toussaint Sam 10 Jan - 20:26

“Free Speech” hypocrisy in the aftermath of the attack on Charlie Hebdo

9 January 2015

The attack on the editorial offices of Charlie Hebdo has shocked the public, which is horrified by the violent deaths of 12 people in the center of Paris. The video images, viewed by millions, of the gunmen firing their weapons and killing an already-wounded policeman have imparted to Wednesday’s events an extraordinary actuality.

In the immediate aftermath of the shootings, the state and media are seeking to exploit the fear and the confusion of the public. Once again, the political bankruptcy and essentially reactionary character of terrorism is exposed. It serves the interests of the state, which utilizes the opportunity provided by the terrorists to whip up support for authoritarianism and militarism. In 2003, when the Bush administration invaded Iraq, French popular opposition was so overwhelming that the government led by President Jacques Chirac was compelled to oppose the war, even in the face of massive political pressure from the United States. Now, 12 years later, as President François Hollande is striving to transform France into the United States’ principal ally in the “war on terror,” the attack in Paris plays into his hands.

In these efforts Hollande can rely on the media, which in such circumstances directs all its energies toward the emotional manipulation and political disorientation of the public. The capitalist media, skillfully combining the suppression of information with half-truths and outright lies, devises a narrative that is calculated to appeal not only to the basest instincts of the broad public, but also to its democratic and idealistic sentiments.

Throughout Europe and the United States, the claim is being made that the attack on the magazine Charlie Hebdo was an assault on the freedom of the press and the unalienable right of journalists in a democratic society to express themselves without loss of freedom or fear for their lives. The killing of the Charlie Hebdo cartoonists and editors is being proclaimed an assault on the principles of free speech that are, supposedly, held so dear in Europe and the United States. The attack on Charlie Hebdo is, thus, presented as another outrage by Muslims who cannot tolerate Western “freedoms.” From this the conclusion must be drawn that the “war on terror”—i.e., the imperialist onslaught on the Middle East, Central Asia and North and Central Africa—is an unavoidable necessity.

In the midst of this orgy of democratic hypocrisy, no reference is made to the fact that the American military, in the course of its wars in the Middle East, is responsible for the deaths of at least 15 journalists. In the on-going narrative of “Freedom of Speech Under Attack,” there is no place for any mention of the 2003 air-to-surface missile attack on the offices of Al Jazeera in Baghdad that left three journalists dead and four wounded.

Nor is anything being written or said about the July 2007 murder of two Reuters journalists working in Baghdad, staff photographer Namir Noor-Eldeen and driver Saeed Chmagh. Both men were deliberately targeted by US Apache gunships while on assignment in East Baghdad.

The American and international public was first able to view a video of the cold-blooded murder of the two journalists as well as a group of Iraqis—taken from one of the gunships—as the result of WikiLeaks’ release of classified material that it had obtained from an American soldier, Corporal Bradley Chelsea Manning.

And how has the United States and Europe acted to protect WikiLeaks’ exercise of free speech? Julian Assange, the founder and publisher of WikiLeaks, has been subjected to relentless persecution. Leading political and media figures in the United States and Canada have denounced him as a “terrorist” and demanded his arrest, with some even calling publicly for his murder. Assange is being pursued on fraudulent “rape” charges concocted by American and Swedish intelligence services. He has been compelled to seek sanctuary in the Ecuadorian Embassy in London, which is under constant guard by British police who will seize Assange if he steps out of the embassy. As for Chelsea Manning, she is presently in prison, serving out a 35-year sentence for treason.

That is how the great capitalist “democracies” of North America and Europe have demonstrated their commitment to free speech and the safety of journalists!

The dishonest and hypocritical narrative spun out by the state and the media requires that Charlie Hebdo and its murdered cartoonists and journalists be upheld as martyrs to free speech and representatives of a revered democratic tradition of hard-hitting iconoclastic journalism.

In a column published Wednesday in the Financial Times, the liberal historian Simon Schama places Charlie Hebdo in a glorious tradition of journalistic irreverence that “is the lifeblood of freedom.” He recalls the great European satirists between the sixteenth and nineteenth centuries who subjected the great and powerful to their withering scorn. Among their illustrious targets, Schama reminds us, were the brutal Duke of Alba, who in the 1500s drowned the Dutch struggle for freedom in blood; the French “Sun King,” Louis XIV; the British Prime Minister William Pitt; and the Prince of Wales. “Satire,” writes Schama, “became the oxygen of politics, ventilating healthy howls of derision in coffee houses and taverns where caricatures circulated every day and every week.”

Schama places Charlie Hebdo in a tradition to which it does not belong. All the great satirists to whom Schama refers were representatives of a democratic Enlightenment who directed their scorn against the powerful and corrupt defenders of aristocratic privilege. In its relentlessly degrading portrayals of Muslims, Charlie Hebdo has mocked the poor and the powerless.

To speak bluntly and honestly about the sordid, cynical and degraded character of Charlie Hebdo is not to condone the killing of its personnel. But when the slogan “I am Charlie” is adopted and heavily promoted by the media as the slogan of protest demonstrations, those who have not been overwhelmed by state and media propaganda are obligated to reply: “We oppose the violent assault on the magazine, but we are not—and have nothing in common with—‘Charlie.’”

Marxists are no strangers to the struggle to overcome the influence of religion among the masses. But they conduct this struggle with the understanding that religious faith is sustained by conditions of adversity and desperate hardship. Religion is not to be mocked, but understood and criticized as Karl Marx understood and criticized it:

“Religious distress is … the expression of real distress and also the protest against real distress. Religion is the sigh of the oppressed creature, the heart of a heartless world, just as it is the spirit of spiritless conditions. It is the opium of the people.

“To abolish religion as the illusory happiness of the people is to demand their real happiness. The demand to give up illusions about the existing affairs is the demand to give up a state of affairs that needs illusions. The criticism of religion is therefore in embryo the criticism of the vale of tears, the halo of which is religion.” [Contribution to Critique of Hegel’s Philosophy of Law, in Marx and Engels Collected Works, Volume 3 (New York, 1975), pp. 175-76]

One has only to read these words to see the intellectual and moral chasm that separates Marxism from the unhealthy milieu of the ex-left political cynicism that has found expression in Charlie Hebdo. There has been nothing enlightening, let alone edifying, in their puerile and often obscene denigration of the Muslim religion and its traditions.

The cynically provocative anti-Muslim caricatures that have appeared on so many covers of Charlie Hebdo have pandered to and facilitated the growth of right-wing chauvinist movements in France. It is absurd to claim, by way of defense of Charlie Hebdo, that its cartoons are all “in good fun” and have no political consequences. Aside from the fact that the French government is desperate to rally support for its growing military agenda in Africa and the Middle East, France is a country where the influence of the neo-fascist National Front is growing rapidly. In this political context, Charlie Hebdo has facilitated the growth of a form of politicized anti-Muslim sentiment that bears a disturbing resemblance to the politicized anti-Semitism that emerged as a mass movement in France in the 1890s.

In its use of crude and vulgar caricatures that purvey a sinister and stereotyped image of Muslims, Charlie Hebdo recalls the cheap racist publications that played a significant role in fostering the anti-Semitic agitation that swept France during the famous Dreyfus Affair, which erupted in 1894 after a Jewish officer was accused and falsely convicted of espionage on behalf of Germany. In whipping up popular hatred of Jews, La Libre Parole [“Free Speech”], published by the infamous Edoard Adolfe Drumont, made highly effective use of cartoons that employed the familiar anti-Semitic devices. The caricatures served to inflame public opinion, inciting mobs against Dreyfus and his defenders, such as Emile Zola, the great novelist and author of J’Accuse.

The World Socialist Web Site, on the basis of long-standing political principles, opposes and unequivocally condemns the terrorist assault on Charlie Hebdo. But we refuse to join in the portrayal of Charlie Hebdo as a martyr to the cause of democracy and free speech, and we warn our readers to be wary of the reactionary agenda that motivates this hypocritical and dishonest campaign.

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Message  Toussaint Sam 10 Jan - 20:29

La traduction de l'article au dessus.

Hypocrisie de la « Liberté d'expression » à la suite de l'attaque contre Charlie Hebdo

Par David North


L'attaque contre les bureaux de la rédaction de Charlie Hebdo a choqué le public, qui est horrifié par la mort violente de 12 personnes dans le centre de Paris. Les images vidéo, vues par des millions de personnes, d'hommes tirant avec leurs armes et tuant un policier déjà blessé ont communiqué aux événements de mercredi une extraordinaire actualité.

Hypocrisie de la « Liberté d'expression » à la suite de l'attaque contre Charlie Hebdo

Au lendemain de la fusillade, l'État et les médias cherchent à exploiter la peur et la confusion du public. Une fois de plus, la faillite politique et le caractère essentiellement réactionnaire du terrorisme sont exposés. Il sert les intérêts de l'État, qui utilise l’occasion offerte par les terroristes pour susciter un soutien à l'autoritarisme et au militarisme. En 2003, lorsque l'administration Bush a envahi l'Iraq, l’opposition populaire française était si écrasante que le gouvernement dirigé par le président Jacques Chirac a été contraint de s'opposer à la guerre, même face à d'énormes pressions politiques des Etats-Unis. Maintenant, 12 ans plus tard, comme le président François Hollande s'efforce de transformer la France en allié principal des États-Unis dans la « guerre contre le terrorisme », l'attentat de Paris joue en sa faveur.

Dans ses efforts, Hollande peut compter sur les médias, qui, dans de telles circonstances, dirigent toutes leurs énergies vers la manipulation émotionnelle et la désorientation politique du public. Les médias capitalistes, combinant habilement la suppression d'information avec des demi-vérités et des mensonges éhontés, élaborent un récit qui est calculé pour faire appel non seulement aux plus vils instincts du large public, mais aussi à ses sentiments démocratiques et idéalistes.

Dans toute l'Europe et aux États-Unis, il est proclamé que l'attaque contre le magazine Charlie Hebdo est une atteinte à la liberté de la presse et au droit inaliénable des journalistes, dans une société démocratique, de s'exprimer sans perte de liberté ou de crainte pour leur vie. La mise à mort des dessinateurs et journalistes de Charlie Hebdo est présentée comme un attaque des principes de la liberté d'expression qui sont, soi-disant, si aimés en Europe et aux États-Unis. L'attaque de Charlie Hebdo est, ainsi, présentée comme un autre outrage par des musulmans qui ne peuvent tolérer les "libertés" occidentales. De là doit être tirée la conclusion que la "guerre contre la terreur" — c’est-à-dire l'assaut impérialiste sur le Moyen-Orient, l'Asie centrale et du Nord et l'Afrique centrale — est une nécessité incontournable.

Au milieu de cette orgie d'hypocrisie démocratique, aucune référence n'est faite au fait que l'armée étasunienne, dans le cadre de ses guerres au Moyen-Orient, est responsable de la mort d'au moins 15 journalistes. Dans le récit en cours de "la liberté de parole attaquée", il n'y a pas place pour la moindre mention de l'attaque d’un missile air-sol de 2003 sur les bureaux d'Al Jazeera à Bagdad qui a tué trois journalistes et fait quatre blessés.

Rien non plus d’écrit ou de dit au sujet de l'assassinat, en juillet 2007, de deux journalistes de Reuters à Bagdad, le photographe Namir Noor-Eldeen et son chauffeur Saeed Chmagh. Les deux hommes ont été délibérément pris pour cible par des hélicoptères de combat US Apache alors qu’ils travaillaient à l’est de Bagdad. Le public américain et international a d'abord pu voir une vidéo de l'assassinat de sang froid des deux journalistes ainsi que d’un groupe d'Irakiens — tués par le même appareil — à la suite de la diffusion par WikiLeaks de documents classifiés qu'ils avaient obtenus d'un soldat américain, le caporal Bradley Chelsea Manning.

Et comment les États-Unis et l’Europe ont-ils agi pour protéger l'exercice de la liberté d'expression de WikiLeaks ? Julian Assange, le fondateur et l'éditeur de WikiLeaks, a été soumis à une persécution implacable. Des leaders politiques et des personnalités des médias aux États-Unis et au Canada l’ont dénoncé comme un « terroriste » et exigé son arrestation, avec certains même appelant publiquement à son meurtre. Assange est poursuivi sous une inculpation de « viol » frauduleuse concoctée par les services des renseignements américain et suédois. Il a été contraint de chercher refuge dans l'ambassade équatorienne à Londres, qui est sous la garde constante de la police britannique qui saisira Assange s’il sort de l'ambassade. Quant à Chelsea Manning, elle est actuellement en prison, et purge une peine de 35 ans pour trahison.

Voilà comment les grandes capitalistes « démocraties » d'Europe et d'Amérique du Nord ont démontré leur attachement à la liberté d'expression et la sécurité des journalistes !

Le récit hypocrite et malhonnête concocté par l'État et les médias exige que Charlie Hebdo et ses caricaturistes et journalistes assassinés soient présentés comme des martyrs de la liberté d'expression et des représentants d'une tradition démocratique vénérée du journalisme iconoclaste percutant.

Dans une chronique publiée mercredi dans le Financial Times, l'historien libéral Simon Schama place Charlie Hebdo dans une glorieuse tradition d'irrévérence journalistique qui « est la pierre angulaire de la liberté. » Il rappelle les grandes satiristes européens entre les XVIe et XIXe siècles qui soumettaient les grands et les puissants à leur mépris cinglant. Parmi leurs cibles illustres, nous rappelle Schama, se trouvaient le brutal duc d'Albe, qui, dans les années 1500, a noyé la lutte néerlandaise pour la liberté dans le sang ; le « Roi soleil » français, Louis XIV ; le premier ministre Britannique William Pitt ; et le Prince de Galles. « Satire », écrit Schama, « devint l'oxygène de la politique, faisant souffler de sains hurlements de dérision dans les cafés et tavernes où les caricatures circulaient chaque jour et chaque semaine ».

Schama place Charlie Hebdo dans une tradition à laquelle il n'appartient pas. Tous les grands satiristes auxquels se réfère Schama étaient des représentants d'un éveil démocratique qui ont dirigé leur mépris contre les défenseurs puissants et corrompus des privilèges aristocratiques. Dans ses représentations dégradantes sans relâche des musulmans, Charlie Hebdo a raillé les pauvres et les faibles.

Pour parler franchement et honnêtement, le caractère sordide, cynique et dégradé de Charlie Hebdo ne doit pas fermer les yeux sur l'assassinat de son personnel. Mais quand le slogan « Je suis Charlie » est adopté et fortement encouragé par les médias comme le slogan des manifestations de protestation, ceux qui n'ont pas été submergés par la propagande d'État et de médias sont obligés de répondre : « nous sommes opposés à l'agression violente sur le magazine, mais nous ne sommes pas — et n'avons rien en commun avec — "Charlie". »

Les Marxistes ne sont pas étrangers à la lutte pour surmonter l'influence de la religion parmi les masses. Mais ils mènent ce combat en comprenant que la foi religieuse est soutenue par des conditions d'adversité et de misère désespérée. La religion ne doit pas être moquée, mais comprise et critiquée comme Karl Marx l’a comprise et critiquée :

« La détresse religieuse est, pour une part, l’expression de la détresse réelle et, pour une autre, la protestation contre la détresse réelle. La religion est le soupir de la créature opprimée, l’âme d’un monde sans cœur, comme elle est l’esprit de conditions sociales d’où l’esprit est exclu. Elle est l’opium du peuple.

L’abolition de la religion en tant que bonheur illusoire du peuple est l’exigence que formule son bonheur réel. Exiger qu’il renonce à une situation illusoire, c’est exiger qu’il renonce à une situation qui a besoin d’illusions.

La critique de la religion est donc dans son germe, la critique de la vallée des larmes, dont l’auréole est la religion. La critique de la religion détruit les illusions de l’homme pour qu’il pense, agisse et façonne sa réalité comme un homme sans illusions parvenu à l’âge de raison, pour qu’il gravite autour de lui-même, c’est à dire autour de son soleil réel. La religion n’est que le soleil illusoire qui gravite autour de l’homme tant que l’homme ne gravite pas autour de lui-même. » (1)

On n'a qu'à lire ces mots pour voir le gouffre intellectuel et moral qui sépare le marxisme du milieu malsain du cynisme politique ex-gauche qui a trouvé son expression dans Charlie Hebdo. Il n’y a rien eu d'instructif, et encore moins d’édifiant, dans leur dénigrement puéril et souvent obscène de la religion musulmane et de ses traditions.

Les caricatures anti-musulmanes cyniquement provocatrices qui ont paru sur tant de couvertures de Charlie Hebdo ont flatté et facilité la croissance de mouvements chauvinistes de droite en France. Il est absurde de prétendre, par le biais de la défense de Charlie Hebdo, que ses caricatures sont juste "pour rire" et n'ont aucune conséquence politique. Outre le fait que le gouvernement français cherche désespérément un soutien à sa politique militariste croissante en Afrique et au Moyen Orient, la France est un pays où l’influence du Front National néo-fasciste croit rapidement.

Dans ce contexte politique, Charlie Hebdo a facilité la croissance d'une forme d’anti-islamisme politisé qui a une ressemblance troublante avec l'antisémitisme politisé qui a émergé comme un mouvement de masse en France dans les années 1890. Dans son utilisation des caricatures grossières et vulgaires qui donnaient une image sinistre et stéréotypée des musulmans, Charlie Hebdo rappelle les publications racistes à bon marché qui ont joué un rôle important dans la promotion de l'agitation antisémite qui a balayé la France au cours de la célèbre affaire Dreyfus, qui a éclaté en 1894 après qu'un officier juif a été accusé et faussement déclaré coupable d'espionnage pour le compte de l'Allemagne. En flattant la haine populaire envers les Juifs, La Libre Parole ["Free Speech"], publié par l'infâme Edouard Drumont, a fait une utilisation très efficace de dessins qui ont employé les dispositifs antisémites familiers. Les caricatures ont servi à enflammer l'opinion publique, à inciter à manifester contre Dreyfus et ses défenseurs, comme Emile Zola, le grand romancier et auteur de J'Accuse.

Le World Socialist Web Site, sur la base de principes politiques de longue date, s'oppose et condamne sans équivoque l'agression terroriste sur Charlie Hebdo. Mais nous refusons de participer à la représentation de Charlie Hebdo comme un martyr à la cause de la démocratie et la liberté d'expression, et nous mettons en garde nos lecteurs pour qu’ils se méfient de l'agenda réactionnaire qui motive cette campagne hypocrite et malhonnête.


(1) Marx. Critique de la philosophie du droit de Hegel. 1843.
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Message  MO2014 Sam 10 Jan - 21:56

Non à l’« union nationale » derrière les impérialistes ! Oui à l’« union politique » antiraciste et anti-impérialiste !
Publié le 10 janvier 2015 par PIR

S’exprimant sur le carnage survenu à Charlie Hebdo sur BFM/RMC, Jeannette Bougrab, ancienne secrétaire d’État sous la présidence de Nicolas Sarkozy, a déclaré : « Je pense qu’il y a une responsabilité ». Elle évoque notamment « certains mouvements de gauche », les « Y’a Bon Awards » et ajoute : « Les Indigènes de la République sont coupables (…) ils ont accusé plusieurs fois Charlie Hebdo d’islamophobie. »

Mme Bougrab appelle même l’État à des mesures encore plus fermes: « les mesures législatives, dit-elle, ne sont pas suffisantes » devant ce qu’elle considère comme une « guerre déclarée ». Elle a réitéré ces accusations dans le Grand Journal de Canal + le 9 janvier. C’est à se demander si ce n’est pas Caroline Fourest qui murmure aux oreilles de Mme Boughrab, elle qui vient de déclarer « ceux qui dénoncent l’islamophobie ont armé le bras des assassins ».

Cette violente charge contre le PIR, mais aussi contre les Y’a bon Awards, vise clairement à liquider les rares espaces politiques de l’immigration dont on sait qu’ils ne plieront pas devant l’injonction à « l’union nationale » et dont le combat contre l’islamophobie, avec une grande partie des forces antiracistes, commence à porter ses fruits tant sur le plan national qu’international. L’amalgame aussi stupide qu’honteux de Christophe Ramaux dans les colonnes du Monde est, du point de vue de cette stratégie, extrêmement transparent. De manière navrante, il déclare : « Comment expliquer que des dirigeants d’Attac, du NPA, des journalistes de Politis et d’autres – les uns et autres ont organisé avec les Indigènes de la République et Mediapart une Journée contre l’islamophobie le 13 décembre 2014 – aient pu alimenter cette infamie ? Comment expliquer que certains animateurs des Économistes atterrés aient rejeté la collaboration de Charb au prétexte qu’il était islamophobe ? »

À la manière d’un Ivan Rioufol qui « somme », à l’antenne de RTL, Rokhaya Diallo de « se désolidariser » publiquement de cet attentat parce qu’elle est musulmane, nous sommes soumis en permanence à l’injonction raciste de prouver la clarté de nos positions. Pourtant, comme la plupart des organisations musulmanes, nous avons condamné avec la plus grande fermeté la fusillade meurtrière contre Charlie Hebdo, tout comme nous déplorons les cinq autres nouvelles victimes de cette folie aveugle. De plus, leurs auteurs ont agi clairement contre les intérêts des musulmans et des habitants des quartiers.

Les déclarations de Mme Bougrab ne sont pas improvisées et répondent à l’attente de ceux qui, loin d’avoir médité la tragédie de Charlie Hebdo, loin de rechercher des solutions politiques, sont ceux-là même qui ont dressé le décor dans lequel celle-ci s’est déroulée. Au fond d’eux-mêmes, ils ont bien conscience de cette vérité : ce sont eux qui, par leurs outrances et leurs encouragements à l’islamophobie, ont alimenté ce climat malsain depuis de nombreuses années, pendant qu’à l’inverse, nous ne cessions, nous, d’alerter contre ce genre d’issues fatales. En nous pointant du doigt ainsi, ils espèrent détourner le regard de leurs propres responsabilités ou de leur complicité passive. En d’autres termes, ils frappent par anticipation, pour ne pas avoir à rendre des comptes sur les lourdes conséquences d’une politique à laquelle ils ont largement participé.

Ainsi, nous affirmons que la lutte contre l’islamophobie et le racisme d’État n’a non seulement aucunement à pâtir de cet événement mais qu’au contraire elle s’en trouve renforcée.

Est-il nécessaire de rappeler que des dizaines de mosquées sont profanées chaque année à travers le pays depuis des années ? Est-il nécessaire de rappeler que des dizaines de musulmans et surtout de musulmanes, coupables simplement d’être eux-mêmes, sont jour après jour frappés non seulement dans leurs biens mais aussi dans leur chair ? Insultés, menacés, agressés physiquement, voire tués comme ce fut le cas avec la jeune Maroua en Allemagne, mais aussi en France à Argenteuil, quand, il y a deux ans, frappée par des skinheads, une jeune musulmane enceinte a perdu son enfant ? Est-il nécessaire de rappeler que partout en Europe des groupes néo-nazis se mobilisent massivement contre les musulmans et qu’ils représentent aujourd’hui une menace politique de sinistre mémoire ? Enfin, faut-il rappeler que des musulmans et de nombreux lieux de culte ont été la cible d’actes criminels en réaction à l’attentat contre Charlie Hebdo ?

En tout état de cause et pour ce qui nous concerne, la lutte contre le racisme d’État, l’impérialisme et le sionisme demeurent notre priorité. Et ni Bougrab, ni Fourest, ni Le Pen, ni Sarkozy, ni Hollande, qui trouvent là l’occasion de s’acheter une conscience à bon compte en communiant dans cette nouvelle « Union sacrée » occidentale – les grands dirigeants de l’Europe impérialiste, ont déclaré leur participation – ne nous ferons dévier de cette voie.

Nous devons affronter les retombées en Europe des menées impérialistes dans le monde et au Moyen-Orient en particulier, du racisme et de la relégation sociale. Nous devons impérativement rompre avec les solutions dépolitisantes et moralisantes qui font abstraction des conditions politiques et sociales qui engendrent et alimentent sans cesse ces violences. C’est l’occasion de faire le procès d’un système qui ne sait que produire de l’horreur.

Nous avons l’honneur d’être de la lignée des Frantz Fanon, Aimé Césaire, René Vautier, Angela Davis, Abdelkrim El Khattabi, Djamila Bouhired… qui ont toujours su prendre leurs responsabilités quand soufflent les vents mauvais. Nous sommes de la lignée de ceux qui ne cèdent pas plus devant la menace que devant l’humanisme bêlant. Ce que les nouveaux papes de l’union nationale tentent de faire, c’est de réduire à néant la possibilité d’une solution politique et de poursuivre « cette guerre déclarée » qu’ils font mine de dénoncer.

Pour notre part, nous ne participerons pas à la manifestation de dimanche 11 janvier car nous ne répondons à aucune convocation et ne marchons pas derrière les agents de la contre-révolution coloniale, fauteurs de désordre social et politique parmi lesquels la chancelière allemande, Angela Merkel, le président ukrainien, Petro Porochenko, ami des néo-nazis de son pays, Avigdor Lieberman, représentant d’Israël et … Jens Stoltenberg, secrétaire général de l’OTAN. Nous avons à la fois l’esprit suffisamment lucide pour éviter le mirage du « tous ensemble » émotionnel, de la régression politique qu’il va engendrer et qui menace nos résistances et l’ensemble du champ politique et aussi le cœur suffisamment gros pour participer à un front, le plus large possible, avec toutes les forces qui seront sans complaisance avec les assassins et qui poursuivront la lutte contre le racisme, l’impérialisme et pour la justice. Les forces qui ne se soumettront jamais à l’agenda des États qui veulent dominer la planète. Créons du politique, créons de l’espoir collectif !


Paris, le 10 janvier 2015

MO2014

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Message  Roseau Dim 11 Jan - 0:37

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Message  Carlo Rubeo Dim 11 Jan - 12:59

"Vous faites erreur, je ne suis pas Charlie."

Je ne doute pas qu’il existe des « Charlie » sympathiques et plein(e)s de bonnes intentions. Je suis inondé, comme tout le monde, de leurs courriels indignés. Je n’en suis pas.

Je ne suis pas Charlie, parce que je sais que l’immense majorité de ces Charlie n’ont jamais été ni Mohamed ni Zouad, autrement dit aucun de ces centaines de jeunes assassinés dans les banlieues par « nos » policiers (de toutes confessions, les flics !) payés avec « nos » impôts. Si je recours aux outils du sociologue, je comprends pourquoi il est plus immédiatement facile pour des petits bourgeois blancs de s’identifier avec un dessinateur connu, intellectuel et blanc, qu’avec un enfant d’immigrés ouvriers du Maghreb. Comprendre n’est ni excuser ni adhérer.

Je ne suis pas Charlie, parce que je refuse de me « rassembler », sur l’injonction du locataire de l’Élysée, avec des politicards, des flics et des militants d’extrême droite. Je ne parle pas en l’air : une connaissance m’explique que sur son lieu de travail, ce sont des militants cathos homophobes de la dite « Manif pour tous » qui s’impliquent dans l’organisation d’une minute de silence pour l’équipe de Charlie Hebdo.

Je ne suis pas Charlie, parce que je refuse de pleurer sur les cadavres de Charlie Hebdo avec un François Hollande qui vient d’annoncer que l’aéroport de Notre-Dame-des-Landes sera construit, autrement dit qu’il y aura d’autres blessé(e)s graves par balles en caoutchouc, et sans doute d’autres Rémi Fraisse.

Je ne suis pas Charlie, parce que je suis viscéralement — et culturellement — hostile à toute espèce d’ « Union sacrée ». Même les plus sots des journalistes du Monde ont compris qu’il s’agit bien de cela ; ils se demandent simplement combien de temps cette « union » peut durer. Se « rassembler » derrière François Hollande contre la « barbarie islamiste » n’est pas moins stupide que de faire l’union sacrée contre la « barbarie allemande » en 1914. Quelques anarchistes s’y sont laissés prendre à l’époque ; ça va bien comme ça, on a donné !

Je ne suis pas Charlie, parce que le « rassemblement » est l’appellation néo-libérale de la collaboration de classes. Certain(e)s d’entre vous s’imaginent peut-être qu’il n’existe plus de classes et moins encore de lutte entre elles. Si vous êtes patron ou chef de quelque chose (bureau, atelier…), il est normal que vous prétendiez ça (et encore ! il y a des exceptions) ou que vous puissiez le croire. Si vous êtes ouvrier, ouvrière, contraint(e) à des tâches d’exécution ou chômeur/chômeuse, je vous conseille de vous renseigner.

Je ne suis pas Charlie, parce que si je partage la peine des proches des personnes assassinées, je ne me reconnais en aucune façon dans ce qu’était devenu, et depuis quelques dizaines d’années, le journal Charlie Hebdo. Après avoir commencé comme brûlot anarchisant, ce journal s’était retourné — notamment sous la direction de Philippe Val — contre son public des débuts. Il demeurait anticlérical. Est-ce que ça compte ? Oui. Est-ce que ça suffit ? Certainement pas. J’apprends que Houellebecq et Bernard Maris s’étaient pris d’une grande amitié, et que le premier a « suspendu » la promotion de son livre Soumission (ça ne lui coûtera rien) en hommage au second. Cela prouve que même dans les pires situations, il reste des occasions de rigoler.

Je ne suis pas Charlie, parce que je suis un militant révolutionnaire qui essaie de se tenir au courant de la marche du monde capitaliste dans lequel il vit. De ce fait, je n’ignore pas que le pays dont je suis ressortissant est en guerre, certes sur des « théâtres d’opération » lointains et changeants. De la pire manière qui soit, puisque partout dans le monde et jusque dans mon quartier, des ennemis de la France peuvent me considérer comme leur ennemi. Ce qui est parfois exact, et parfois non. Au moins, sachant que la France est en guerre, je n’éprouve pas le même étonnement que beaucoup de Charlie à apprendre qu’un acte de guerre a été commis en plein Paris contre des humoristes irrespectueux envers les religions.

Je ne suis pas Charlie, parce que faute de précisions, et du fait même de l’anonymisation que produit la formule « Je suis Charlie », cette formule s’entend nécessairement, et au-delà des positions sans doute différentes de tel ou telle, comme un unanimisme « antiterroriste ». Autrement dit : comme un plébiscite de l’appareil législatif dit « antiterroriste », instrument de ce que j’ai appelé terrorisation démocratique.

Je ne suis pas Charlie. Je suis Claude. Révolutionnaire anarchiste, anticapitaliste, partisan du projet communiste libertaire, ennemi mortel de tous les monothéismes — mais je sacrifie à Aphrodite ! — et de tout État. Cela suffit à faire de moi une cible pour les fanatiques religieux et pour les flics (j’ai payé pour le savoir).

Je suis disposé à débattre avec celles et ceux pour qui la tuerie de Charlie Hebdo est une des horreurs de ce monde, auxquelles il est inutile d’ajouter encore de la confusion, à forme d’émotion grégaire.
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Message  Roseau Dim 11 Jan - 16:01

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Message  verié2 Dim 11 Jan - 17:07

A ne pas rater :
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Message  verié2 Dim 11 Jan - 19:38

Je sais que, en principe, on ne "croise" pas les forums. Mais, comme Artza intervient aussi sur celui-ci, je me permets de lui répondre, n'ayant pas la possibilité de le faire sur "l'autre" dont j'ai été exclu... en raison d'interventions publiées sur celui-ci, toujours sur ce terrible sujet, l'islamophobie.

Mais ce paragraphe me semble très intéressant et significatif :
Artza
Ils étaient anticléricaux et anti-cathos surtout et d'abord, "à la française", il faut le rappeler.
A mon avis ils ont fait une fixette sur l'Islam. Publié des dessins que je n'aurais pas publié, mais moi je ne suis pas directeur d'un journal satirique.
Ils n'ont jamais été en intention et même dans l'expression "racistes" comme bien des imbéciles ou des malhonnêtes l'ont dit ici ou là.

Faire "une fixette sur l'Islam", c'est ce qu'on appelle l'islamophobie. Evidemment, cette pathologie peut se manifester sous des formes variées, à des degrés divers. Une part de "fixette", une part de provocation opportuniste, une grosse part de 4ème degré et encore une part d'inconscience et de mépris pour les gens qu'ils blessaient, ça donne un résultat qui ressemble fort à du racisme pour le commun des mortels, surtout pour les catégories ciblées. Quand on voyait les Une de Charlie dans les kiosques, seuls les initiés pouvaient deviner ce 4ème degré.

Alors, je veux bien croire que "les décideurs" de Charlie, ceux qui choisissaient les dessins, ne se considéraient pas comme "racistes" et ne supportaient pas qu'on les qualifie ainsi. Mais, globalement, Charlie ne se plaçait pas moins au premier rang des campagnes islamophobes. Et tu ne peux pas en vouloir de façon aussi virulente à ceux qui, ne manifestant pas cette subtilité au 4ème degré, considéraient leurs dessins comme racistes...

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Message  Roseau Dim 11 Jan - 23:23

« On est dans un moment épouvantable. Le milieu intellectuel parisien est dans une dérive parareligieuse, dans une islamophobie latente. Il existe une forme de crispation identitaire, une angoisse à la désoccidentalisation du monde, une rupture entre le clan des dominants et le monde multipolaire. Cette doctrine occidentaliste, qui veut que l’Occident soit riche et dominateur éternellement, m’inquiète. » – Emmanuel Todd, El Watan, 3 novembre 2008.
Cité par Guillaume de Rouville dans « L’esprit du temps ou l’islamophobie radicale », 12 septembre 2012, Lidiotduvillage.org, : « Cet essentialisme, on le retrouve, pour prendre un exemple médiatique, dans les caricatures de Mahomet, publiées en France dans le journal Charlie Hebdo en février 2006. Dans le contexte actuel de stigmatisation des Musulmans, ces caricatures correspondent à celles des Juifs des années 30 dans la presse antisémite. Et c’est au nom de la liberté d’expression qu’on nous fait tolérer cette presse de caniveau dont les dirigeants sont des partisans déclarés de l’atlantisme et du choc des civilisations. Bel exemple également de transmutation des valeurs. » ;

Pascal Boniface, « Philippe Val et Olivier Poivre-d’Arvor ont-ils émis une fatwa contre moi ? », Leplus.nouvelobs.com, 9 juillet 2013 ; « Quand en 2012, Guy Bedos souhaitait que les journalistes de Charlie Hebdo “crèvent” », Atlantico.fr, 9 janvier 2015 : « “Depuis que Reiser est mort, depuis que Siné n’est plus là, ils ne me font pas rire”, ajoute-t-il. “C'était nul l’histoire de Mahomet. Je m’en fous de Charlie Hebdo ! Je n’ai pas de leçon d’insolence à recevoir de gens qui se sont couchés”, renchérit encore l’humoriste. “Notamment Philippe Val qui s’est couché devant Nicolas Sarkozy pour devenir directeur de France Inter. Dans la résistance, on n’aurait pas été dans le même réseau.” »
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Message  Dinky Lun 12 Jan - 1:24

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Message  Roseau Lun 12 Jan - 2:21

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Message  MO2014 Lun 12 Jan - 17:12

L’ATTENTAT CONTRE CHARLIE HEBDO : L’OCCULTATION POLITIQUE ET MEDIATIQUE DES CAUSES, DES CONSEQUENCES ET DES ENJEUX
Publié le 11 janvier 2015 par bouamamas

Saïd Bouamama.

« Le ventre est encore fécond, d’où a surgi la bête immonde. »
Bertolt Brecht

L’attentat contre l’hebdomadaire satirique Charlie Hebdo marquera notre histoire contemporaine. Il reste à savoir dans quel sens et avec quelles conséquences. Dans le contexte actuel de « guerre contre le terrorisme » (guerre extérieure) et de racisme et d’islamophobie d’Etat, les artisans de cet acte ont, consciemment ou non [1] accéléré un processus de stigmatisation et d’isolement de la composante musulmane, réelle ou supposée, des classes populaires.
Les conséquences politiques de l’attentat sont déjà désastreuses pour les classes populaires et cela va se renforcer si aucune alternative politique à la fameuse « Union Nationale » n’est proposée.
En effet, la manière dont les médias français et une écrasante majorité de la classe politique réagissent est criminelle. Ce sont ces réactions qui sont dangereuses pour l’avenir et qui portent en elles de nombreux « dégâts collatéraux » et de futurs 7 et 9 janviers toujours plus meurtriers. Comprendre et analyser pour agir est la seule posture qui peut permettre aujourd’hui d’éviter les instrumentalisations et dévoiements d’une émotion, d’une colère et d’une révolte légitime.

téléchargement

L’occultation totale des causes

Ne pas prendre en compte les causalités profondes et immédiates, isoler les conséquences du contexte qui les fait émerger et ne pas inscrire un événement aussi violent dans la généalogie des facteurs qui l’ont rendu possible condamne, au mieux, à la tétanie, au pire, à une logique de guerre civile. Aujourd’hui, personne dans les médias n’aborde les causes réelles ou potentielles. Pourquoi est-il possible qu’un tel attentat se produise à Paris aujourd’hui ?

Comme le souligne Sophie Wahnich, il existe « un usage fasciste des émotions politiques de la foule » dont le seul antidote est le « nouage possible des émotions et de la raison » [2]. Ce que nous vivons aujourd’hui est ce cantonnement des discours médiatiques et politiques dominants à la seule émotion, en occultant totalement l’analyse réelle et concrète. Toute tentative d’analyse réelle de la situation, telle qu’elle est, ou toute analyse tentant de proposer une autre explication que celle fournie par les médias et la classe politique, devient une apologie de l’attentat.

Regard sur le ventre fécond de la bête immonde

Regardons donc du côté des causes et d’abord de celles qui relèvent désormais de la longue durée et de la dimension internationale. La France est une des puissances les plus en guerre sur la planète. De l’Irak à la Syrie, en passant par la Libye et l’Afghanistan pour le pétrole, du Mali à la Centrafrique, en passant par le Congo pour les minerais stratégiques, les soldats français contribuent à semer la mort et le désastre aux quatre coins de la planète.
La fin des équilibres mondiaux issus de la seconde guerre mondiale avec la disparition de l’URSS, couplée à une mondialisation capitaliste centrée sur la baisse des coûts pour maximiser les profits et à la nouvelle concurrence des pays émergents, font de la maîtrise des matières premières la cause principale des ingérences, interventions et guerres contemporaines. Voici comment le sociologue Thierry Brugvin résume la place des guerres dans le monde contemporain :

« La conclusion de la guerre froide a précipité la fin d’une régulation des conflits au niveau mondial. Entre 1990 et 2001 le nombre de conflits interétatiques a explosé : 57 conflits majeurs sur 45 territoires distincts. […] Officiellement, le départ pour la guerre contre une nation adverse est toujours légitimé par des mobiles vertueux : défense de la liberté, démocratie, justice… Dans les faits, les guerres permettent de contrôler économiquement un pays, mais aussi de faire en sorte que les entrepreneurs privés d’une nation puissent accaparer les matières premières (pétrole, uranium, minerais, etc.) ou les ressources humaines d’un pays. » [3]

index
Depuis les attentats du 11 septembre 2001, le discours de légitimation des guerres s’est construit essentiellement sur le « danger islamiste » contribuant au développement d’une islamophobie à grande échelle au sein des principales puissances occidentales, que les rapports officiels eux-mêmes sont contraints de constater. [4] Dans le même temps, ces guerres produisent une solide « haine de l’occident » dans les peuples victimes de ces agressions militaires. [5] Les guerres menées par l’occident sont une des principales matrices de la bête immonde.
Dans la volonté de contrôle des richesses pétro-gazières, le Proche et le Moyen-Orient sont un enjeu géostratégique central. Les stratégies des puissances occidentales en général et françaises en particulier, se déploient sur deux axes : le renforcement d’Israël comme base et pivot du contrôle de la région, et le soutien aux pétromonarchies réactionnaires du golfe.
Le soutien indéfectible à l’Etat d’Israël est ainsi une constante de la politique française ne connaissant pas d’alternance, de Sarkozy à Hollande. L’État sioniste peut assassiner en toute impunité sur une grande échelle. Quels que soient l’ampleur et les moyens des massacres, le gérant local des intérêts occidentaux n’est jamais véritablement et durablement inquiété. François Hollande déclare ainsi lors de son voyage officiel en Israël en 2013 : « je resterai toujours un ami d’Israël ». [6]
Et, là aussi, le discours médiatique et politique de légitimation d’un tel soutien se construit sur la base d’une présentation du Hamas palestinien mais également (à travers des imprécisions verbales récurrentes) de la résistance palestinienne dans son ensemble, de la population palestinienne dans son ensemble et de ses soutiens politiques internationaux, comme porteurs d’un danger « islamiste ». La logique « du deux poids, deux mesures » s’impose une nouvelle fois à partir d’une approche islamophobe portée par les plus hauts sommets de l’État et relayée par la grande majorité des médias et des acteurs politiques.
Tel est le second profil du ventre de la bête immonde.
Ces facteurs internationaux se conjuguent à des facteurs internes à la société française. Nous avons déjà souligné, plus haut, l’islamophobie d’État, propulsée par la loi sur le foulard en 2004 et entretenue depuis régulièrement (discours sur les révoltes des quartiers populaires en 2005, loi sur le niqab, « débat » sur l’identité nationale, circulaire Chatel et exclusion des mères voilées des sorties scolaires, harcèlement des lycéennes en jupes longues, interdiction des manifestations de soutien au peuple palestinien, etc.).
Il faut maintenant souligner que ce climat islamophobe n’a été confronté à aucune réponse par les forces politiques se réclamant des classes populaires. Plus grave, un consensus très large s’est fait jour à plusieurs reprises, au prétexte de défendre la « laïcité » ou de ne pas frayer avec « ceux qui défendent le Hamas ». De l’extrême-droite à une partie importante de l’extrême gauche, les mêmes arguments ont été avancés, les mêmes clivages ont été construits, les mêmes conséquences ont été produites.
Le résultat n’est rien d’autre que l’enracinement encore plus profond des islamalgames, l’approfondissement d’un clivage au sein des classes populaires, la fragilisation encore plus grande des digues antiracistes déjà fragilisées, et des violences concrètes ou symboliques exercées contre les musulmans et les musulmanes. Ce résultat peut se décrire, comme le propose Raphaël Liogier, comme la diffusion, dans une partie importante de la société, du « mythe de l’islamisation » débouchant sur la tendance à constituer une « obsession collective ». [7]

islamophobie5
La tendance à la production d’une « obsession collective » s’est de surcroît encore approfondie avec le traitement médiatique récent des cas Zemmour et Houellebecq.
Après lui avoir offert de multiples tribunes, Eric Zemmour est renvoyé d’I-télé pour avoir proposé la « déportation des musulmans français ». Dans le contexte d’obsession collective que nous avons évoquée, cela lui permet de se poser en victime. Quant à l’écrivain, il est défendu par de nombreux journalistes au prétexte de ne pas confondre fiction et réalité.
Dans les deux cas cependant, il reste un approfondissement de « l’obsession collective » d’une part, et le sentiment d’être insulté en permanence une nouvelle fois, d’autre part. Tel est le troisième profil du ventre de la bête immonde.
Ce facteur interne d’une islamophobie banalisée a des effets décuplés dans le contexte de fragilisation économique, sociale et politique générale des classes populaires aujourd’hui. La paupérisation et la précarisation massive sont devenues insoutenables dans les quartiers populaires. Il en découle des rapports sociaux marqués par une violence grandissante contre soi et contre les proches. A cela, se combinent le déclassement d’une part importante des classes moyennes, ainsi que la peur du déclassement pour ceux chez qui tout va encore bien mais qui ne sont pas « bien nés ». Ceux-là, se sentant en danger, disposent alors d’une cible consensuelle déjà toute désignée médiatiquement et politiquement comme légitime : le musulman ou la musulmane.
La fragilisation touche encore plus fortement la composante issue de l’immigration des classes populaires, qui est confrontée aux discriminations racistes systémiques (angle absolument mort des discours des organisations politiques se réclamant des classes populaires), celles-ci produisant des trajectoires de marginalisation (dans la formation, dans l’emploi, dans la recherche du logement, dans le rapport à la police et aux contrôles au faciès, etc.). [8]
L’approfondissement du clivage entre deux composantes des classes populaires dans une logique de « diviser ceux qui devraient être unis (les différentes composantes des classes populaires) et d’unir ceux qui devraient être divisés (les classes sociales aux intérêts divergents) » est le quatrième profil du ventre de la bête immonde.
De quoi accouche un tel ventre ?
Une telle matrice est à l’évidence propice à l’émergence de trajectoires nihilistes se traduisant par la tuerie à Charlie Hebdo. Extrêmement minoritaires, ces trajectoires sont une production de notre système social et des inégalités et discriminations massives qui le caractérisent.
Mais ce qu’ont révélé les réactions à l’attentat est tout autant important et, quantitativement, bien plus répandu que l’option nihiliste (pour le moment ?).
Sans pouvoir être exhaustifs, rappelons quelques éléments de ces derniers jours. Du côté des discours, nous avons eu Marine Le Pen exigeant un débat national contre le « fondamentalisme islamique », le bloc identitaire déclarant la nécessité de « remettre en cause l’immigration massive et l’islamisation » pour lutter contre le « djihadisme », le journaliste Yvan Rioufol du Figaro sommant Rokhaya Diallo de se désolidariser sur RTL, Jeannette Bougrab accusant « ceux qui ont traité Charlie Hebdo d’islamophobe » d’être les coupables de l’attentat, sans compter toutes les déclarations parlant « de guerre déclarée ».
A ces propos, se joignent des passages à l’acte de ces derniers jours : une Femen se filme en train de brûler et de piétiner le Coran, des coups de feu sont tirés contre la mosquée d’Albi, des tags racistes sont peints sur les mosquée de Bayonne et Poitiers, des grenades sont lancées contre une autre au Mans, des coups de feu sont tirés contre une salle de prière à Port la Nouvelle, une autre salle de prière est incendiée à Aix les Bains, une tête de sanglier et des viscères sont accrochés devant une salle de prière à Corte en Corse, un restaurant-snack-kebab est l’objet d’une explosion à Villefranche sur Saône, un automobiliste est la cible de coups de feu dans le Vaucluse, un lycéen d’origine maghrébine de 17 ans est molesté lors d’une minute de silence à Bourgoin-Jallieu en Isère, etc. Ces propos et actes montrent l’ampleur des dégâts d’ores et déjà causés par les dernières décennies de banalisation islamophobe. Ils font aussi partie de la bête immonde.
La bête immonde se trouve également dans l’absence criante d’indignation face aux victimes innombrables des guerres impérialistes de ces dernières décennies. Réagissant à propos du 11 septembre, la philosophe Judith Butler s’interroge sur l’indignation inégale. Elle souligne que l’indignation justifiée pour les victimes du 11 septembre s’accompagne d’une indifférence pour les victimes des guerres menées par les USA : « Comment se fait-il qu’on ne nous donne pas les noms des morts de cette guerre, y compris ceux que les USA ont tués, ceux dont on n’aura jamais une image, un nom, une histoire, jamais le moindre fragment de témoignage sur leur vie, quelque chose à voir, à toucher, à savoir ? ». [9]
Cette indignation inégale est à la base du processus de production d’un clivage bien réel au sein des classes populaires. Et c’est ce clivage qui est porteur de tous les dangers, notamment en période de construction de « l’union nationale », comme aujourd’hui.
L’union nationale qu’ils rêvent de construire, c’est « toutes et tous ensemble contre ceux qui ne sont pas des nôtres, contre celles et ceux qui ne montrent pas patte blanche ».

Une formidable instrumentalisation politique

Mais le scandale que nous vivons aujourd’hui ne s’arrête pas là. C’est avec un cynisme consommé que des instrumentalisations de la situation, et de la panique qu’elle suscite, se déploient à longueur de journée.

* Renforcement sécuritaire et atteintes aux libertés démocratiques

Certains, comme Dupont Aignan, réclament « plus de souplesse aux forces de l’ordre » alors qu’une nouvelle « loi antiterroriste » a déjà été votée l’automne dernier. Et, en écho, Thierry Mariani fait référence au Patriot Act états-unien (dont la conséquence a été de graves atteintes aux libertés individuelles sous prétexte de lutte contre le terrorisme) : « Les Etats-Unis ont su réagir après le 11 Septembre. On a dénoncé le Patriot Act, mais, depuis, ils n’ont pas eu d’attentat à part Boston ». [10]
Instrumentaliser la peur et l’émotion pour renforcer des lois et mesures liberticides, telle est la première manipulation qui est aujourd’hui testée pour mesurer le champ des possibles en matière de régression démocratique. D’ores et déjà, certaines revendications légitimes et urgentes sont rendues inaudibles par la surenchère sécuritaire qui tente de profiter de la situation : il sera par exemple beaucoup plus difficile de mener le combat contre le contrôle au faciès, et les humiliations quotidiennes qu’il produit continueront à s’exercer dans l’indifférence générale.

* L’unité nationale

La construction active et déterminée de l’unité nationale est la seconde instrumentalisation majeure en cours. Elle permet de mettre en sourdine l’ensemble des revendications qui entravent le processus de dérégulation généralisé. La ficelle a beau être grosse, elle est efficace dans un climat de peur généralisé, que l’ensemble des médias produisent quotidiennement.
Dans certaines villes, l’unité nationale est déjà étendue au Front National qui a participé aux rassemblements de soutien à Charlie Hebdo. Dati et Fillon s’indignent déjà de « l’exclusion » de Marine Le Pen de l’unité nationale. C’est cette « unité nationale » qui fait le plus de dégâts politiquement aussi, car elle détruit les rares repères positifs qui pouvaient exister auparavant en termes d’alliances possibles et d’identités politiques.
* L’injonction à se justifier
Une autre instrumentalisation se trouve dans l’injonction permanente des musulmans réels ou supposés à se justifier pour des actes qu’ils n’ont pas commis, et/ou à se démarquer des auteurs de l’attentat.
Cette mise en accusation permanente est humiliante. Il n’est venu à l’idée de personne d’exiger de tous les chrétiens réels ou supposés une condamnation lorsque le Norvégien Anders Behring Breivik a assassiné 77 personnes en juillet 2011 en se revendiquant de l’islamophobie et du nationalisme blanc.
Derrière cette injonction, se trouve la logique posant l’islam comme étant par essence incompatible avec la République. De cette logique découle l’idée de mettre les musulmans, réels ou supposés, sous surveillance non seulement des policiers, mais également des médias, des profs, des voisins, etc.

* Être Charlie ? Qui peut être Charlie ? Qui veut être Charlie ?

Le slogan « nous sommes tous Charlie » est enfin la dernière instrumentalisation en déploiement ces jours-ci. Si l’attentat contre Charlie Hebdo est condamnable, il est hors de question cependant d’oublier le rôle qu’a joué cet hebdomadaire dans la constitution du climat islamophobe d’aujourd’hui.
Il est également hors de question d’oublier les odes à Bush que ses pages accueillaient alors que celui-ci impulsait cette fameuse « guerre contre le terrorisme » en Afghanistan puis en Irak. Ces prises de positions écrites ou dessinées ne sont pas des détails ou de simples amusements sans conséquences : elles sont à l’origine de multiples agressions de femmes voilées et de nombreux actes contre des lieux de cultes musulmans.
Surtout, ce journal a fortement contribué à cliver les classes populaires au moment où elles avaient besoin plus que jamais d’unité et de solidarité. Nous ne sommes PAS PLUS Charlie hier qu’aujourd’hui.
Les temps qui s’annoncent vont être difficiles et coûteux.
Pour stopper l’escalade, nous devons mettre fin à la violence des dominants : nous devons nous battre pour stopper les guerres impérialistes en cours et abroger les lois racistes.
Pour stopper l’escalade, nous devons développer tous les cadres et événements de solidarité destinés à empêcher la déferlante des propos ou actes racistes et notamment islamophobes.
Pour stopper l’escalade, nous devons construire tous les espaces de solidarité économique et sociale possibles dans nos quartiers populaires, en toute autonomie vis-à-vis de tous ceux qui prônent l’union nationale comme perspective.
Plus que jamais, nous avons besoin de nous organiser, de serrer les rangs, de refuser la logique « divisant ceux qui devraient être unis et unissant ceux qui devraient être divisés ».
Plus que jamais, nous devons désigner l’ennemi pour nous construire ensemble : l’ennemi c’est tout ce qui nous divise.

[1] Il est d’une part trop tôt pour le dire et, d’autre part, le résultat est le même
[2] Sophie Wahnich, La révolution française, un évènement de la raison sensible 1787-1799, Hachette, Paris, 2012, p. 19.
[3] Thierry Brugvin, Le pouvoir illégal des élites, Max Milo, Paris, 2014.
[4] Djacoba Liva Tehindrazanarivelo, Le racisme à l’égard des migrants en Europe, éditions du Conseil de l’Europe, Strasbourg, 2009, p. 171.
[5] Jean Ziegler, La haine de l’Occident, Albin Michel, Paris, 2008.
[6] Le Monde, Hollande « ami d’Israël » reste ferme face à l’Iran, 17-11-2013.
[7] Raphaël Liogier, Le mythe de l’islamisation, essai sur une obsession collective, Le Seuil, Paris, 2012.
[8] Voir sur cet aspect mon dernièr article sur mon blog, Les dégâts invisibilisés des discriminations inégalité sociales et des discriminations racistes et sexistes, https://bouamamas.wordpress.com/
[9] Judith Butler, cité dans, Mathias Delori, Ces morts que nous n’allons pas pleurer, http://blogs.mediapart.fr/blog/mathiasdelori/080115/ces-morts-que-nous-n-allons-pas-pleurer., consulté le 9 janvier 2015 à 18 h.
[10] Le Parisien du 8-01-2015.

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